LOS TIPOS DE PADRE EN EL DEPORTE
Cuando un niño practica deporte, también se educa y es importante que como padres se tome conciencia de lo que aporta como herramienta educativa y psicológica.
Todos conocemos los beneficios físicos que le otorga el deporte a los más pequeños. Les ayuda a mantenerse sanos y equilibrados, además de combatir el sobrepeso y evitar el sedentarismo, pero además es una herramienta para educar en valores que desarrollen su personalidad a nivel familiar y social. Unos valores que le servirán de base para el resto de su vida porque cuando un niño practica deporte se educa. "Son valores que comienzan a adquirir en las edades de iniciación, donde el deporte ante todo es diversión". Todo depende de la orientación que como padre y entrenador se quiera dar".
Cada vez son más los padres y madres que se involucran en la práctica deportiva de sus hijos, ya sea acompañándolos, animándolos o teniendo comportamientos más o menos positivos. El deporte infantil ha creado una nueva 'fauna' de padres que se han convertido en aficionados, educadores, entrenadores y algún que otro 'peligro'.
Muchos padres se olvidan de que son un modelo de conducta para su hijo y para el resto de compañeros de equipo y ese rol conlleva mucha responsabilidad porque los niños son esponjas y copian lo que hacen sus progenitores, por lo que el comportamiento de los padres debe ser ejemplar: "A los hijos les gusta sentirse orgullosos de sus padres y, en cambio, lo pasan terriblemente mal cuando se les avergüenza", señala la psicóloga.
TIPOS DE PADRES DE NIÑOS DEPORTISTAS:
PADRE CHÓFER. Se encarga de llevar y recoger a su hijo a los entrenamientos y las competiciones, pero suele ser poco amante de los deportes y su prioridad es que su hijo sea feliz y lo consiga con el deporte.
PADRE POSITIVO. Son aquellos que siempre tienen una palabra de ánimo para los más pequeños y que le transmite ilusión por el deporte sin rendirle cuentas de los resultados. Además, anima, refuerza y se preocupa por los entrenamientos y los partidos.
PADRE COMPROMETIDO. Se involucra en el deporte de su hijo, en el club al que pertenece y en la formación de los chavales. Además, son activos en la promoción de los valores en el club y participan con cualquier acción que pueda ayudar a que las cosas funcionen mejor.
PADRE PESADO. Se pasa todo el día hablando de lo bien que juega, nada o corre su hijo y de que apunta maneras. No presiona directamente al niño, pero sin querer le traslada que su valor como chaval está en el juego.
PADRE ENTRENADOR. Se cree Zidane y da instrucciones a su hijo desde la grada contrarias a las del entrenador y provoca el desconcierto del niño. En deportes como la natación es el que desde la grada se pasea mientras nada su hijo, toma tiempos, apunta resultados. Con su actitud presiona al niño.
PADRE COMPETITIVO. Le pide a su hijo que juegue y se entregue al máximo en cada partido como si fuera lo más importante en la vida pero olvida que su hijo no es un profesional y que el deporte tiene unos valores por encima de competir a cualquier precio.
PADRE TÓXICO. Es el que avergüenza a cualquier niño porque grita en la grada, cuestiona las decisiones del entrenador, falta el respeto a otros niños e insulta al árbitro o al rival. El padre que nadie querría tener.
LIC.EDUARDO CONTRERAS