¿Qué pasará ahora con nuestras clases ahora?

Dentro de un panorama incierto, la educación no debe parar o retrasarse por las vicisitudes de la sociedad. Esta emergencia ha permitido a los portales virtuales ser foco de atención para ser la nueva opción estudiantil, tener todo el acceso de información desde la comodidad del hogar y a su vez, para nosotros, los profesores, pertenecer al grupo de trabajadores "home office".

Como humanos, practicamente hemos nacido para aprender. Somos perfectos imitadores del mundo, nuestra evolución está marcada por grandes innovaciones que desde siempre nos sirvió para sobrevivir, teniendo como una arma innata el raciocinio. Ahora tenemos el desafío de innovar nuestra forma de aprender e impartir conocimiento. A partir de la doble perspectiva de ser estudiante y ser profesor, cabe la duda si realmente funcionará, si será mejor o una mala idea desde su origen; pero todo eso se une a una sola respuesta. Todo eso depende de la sinergia entre ambas partes, de la voluntad a mantenerse abiertos a aprender más, no por obligación, de ser así todo esto no tendría ningún sentido, sino por amor al conocimiento, por sentirse satisfecho al saber que este día fue frustífero y ahora conoces algo que ignorabas, o que hoy lograste que muchas personas más aprendieron gracias a ti lo que algún día tú aprendiste. Es una reacción en cadena, un círculo vicioso que tiene como consecuencia una sociedad próspera con un futuro prometedor.

Todo esto sería posible por ti.