Mi experiencia como docente ha sido una experiencia de amor. He comprobado que la enseñanza es una vocación hermosa que me ha permitido sembrar y cosechar maravillosas cosas: he obtenido reconocimientos por ser el docente con el mejor trabajo pedagógico en la Jornada de Educación Complementaria de la Secretaría de Educación Distrital de Bogotá en tiempos de pandemia; he sido reconocido por haber gestionado, creado e incentivado el primer libro de poesía infantil de la Jornada de Educación Complementaria de la Secretaría de Educación Distrital de Bogotá; he creado un programa llamado CuentaParques, junto a la Fundación Somos Uno, donde se nos ha reconocido como uno de los programas de creación literaria que más acogidos por las comunidades urbanas y rurales de Bogotá y Cundinamarca.

Todo esto es y será una apuesta por sentir y pensar la educación como un proceso de aprendizaje que debe estar en armonía y equilibrio con la Madre Tierra. Reconocerla, verla (tanto fuera como dentro de nosotros mismos) hace que la creación sea más amplia y la lectura crítica más sincera. Comparto con ustedes lo que soy y lo que tengo: puro amor.