Domingo Demetrio Quispe Menacho

En la mayoría de los casos, dicto clases de reforzamiento o de preparación para exámenes en fechas fijas; entonces lo que se hace es calcular de acuerdo a la cantidad de temas incluidos, del grado de dificultad de los mismos y del tiempo del que disponemos, una distribución orgánica de la cantidad de horas de dictado.
Como se trata de Matemáticas, Física y Química, se prepara un problema típico del tema a tratar, como ejemplo, para que pueda ser fácilmente comprendido por el alumno. De acuerdo al grado de comprensión, se enfatiza en el asunto en duda, o si es necesario utilizar puntos estudiados en años anteriores, se hace un recorderis del mismo en la forma más breve posible; de tal manera que quedemos seguros de que la comprensión del tema ha sido completa. Luego, resolvemos problemas, elevando gradualmente el nivel de dificultad y tomando como referencia los problemas tratados en clase. Seguidamente, planteamos problemas para que sean resueltos por el alumno; durante la corrección de los mismos, se hace la explicación necesaria si es que ha cometido errores.
De ser necesario se deja planteados problemas para que el alumno los resuelva en el interín hasta la siguiente clase, con el tino y el optimismo adecuado para que el alumno no se sienta abrumado por la responsabilidad, o desanimado por sus fallas en el raciocinio, haciéndole notar que con la práctica continua se acostumbrará a acometer los problemas con el enfoque y el razonamiento adecuados para resolverlos.