1. Contextualización histórica y cultural: Comenzamos cada tema explorando su contexto histórico y cultural. Entender el momento en que surgieron las ideas filosóficas o teológicas nos ayuda a apreciar su relevancia y a comprender mejor su significado.
2. Diálogo y debate: Fomento la participación activa de todos ustedes en discusiones en clase. Animaré preguntas, reflexiones y argumentos, creando un ambiente donde se sientan cómodos expresando sus puntos de vista y cuestionando los de los demás.
3. Lecturas críticas: Las lecturas son una parte fundamental de nuestro trabajo en clase. Analizaremos textos clásicos y contemporáneos, aprendiendo a leer críticamente y a discernir argumentos sólidos de meras opiniones.
4. Aplicación práctica: No solo se trata de teorizar, sino también de aplicar las enseñanzas a la vida cotidiana. Exploraremos cómo las ideas filosóficas o teológicas pueden ayudarnos a entender y abordar problemas éticos, sociales y personales en el mundo moderno.
5. Evaluación reflexiva: Utilizaré una variedad de métodos de evaluación que fomenten la reflexión crítica.
6. Fomento del pensamiento crítico: Mi objetivo es ayudarles a desarrollar habilidades de pensamiento crítico que puedan aplicar más allá del aula. Les desafiaré a cuestionar suposiciones, a analizar argumentos y a considerar perspectivas alternativas en todas las áreas de sus vidas.
7. Ambiente inclusivo y respetuoso: Por último, pero no menos importante, es fundamental para mí crear un ambiente de aprendizaje inclusivo y respetuoso. Todos los puntos de vista son bienvenidos en mi clase, siempre y cuando se expresen de manera respetuosa y se basen en argumentos sólidos.