A propósito de la coyuntura mundial en la que estamos inmersos

Las circunstancias llamadas “malas” o “negativas” deben tener un efecto contrario en las personas, sacar lo mejor de cada uno de nosotros. Estos momentos deben servir como retos para demostrar que podemos enfrentarnos a situaciones adversas y sacar a flote toda nuestra creatividad. El problema mayor es que no estamos acostumbrados a salir de nuestra tan valorada zona de confort. Creemos que siempre las cosas van a ser de una manera y ante la primera dificultad, el pánico nos invade. No tenemos una actitud emprendedora ( término tan de moda en estos días) y podemos evidenciar eso en la histeria de la gente que ante una señal de alerta causan caos y llenan los bolsillos de las personas que se aprovechan y solo piensan en sí mismos.

Por último, si sienten que están en crisis o las situaciones rebasan su capacidad de autocontrol ( es posible), encomiéndense al que todo lo puede ( Dios para que se entienda) y de ese modo las cosas serán mucho más llevaderas. Lamentablemente vivimos en una sociedad demasiado soberbia que cree que puede resolver todo por sí misma y no necesita del apoyo de nadie. Estas crisis son lecciones para aprender que debemos mantener una actitud más humilde, más humana y menos egoísta . A partir de ese punto y de tener mucha fe en nuestro creador, saldremos airosos de todas estas dificultades.

No busco jactarme de nada, simplemente es un testimonio de vida, ya que después de muchos errores cometidos y de constantemente buscar situaciones retadoras en las que creo que no podré salir adelante, siempre siento una fuerza interior que me ha permitido lograr muchas cosas impensadas en su momento. Confianza en Dios y paciencia es lo que necesitamos.

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