¿Cómo analizar un texto poético? Claves para entenderlo.

Te han pedido que analices una poesía determinada, que para la clase siguiente lleves un ensayo sobre un poema. Quizás ya han visto en clase poesías del mismo autor o, quizás, no. Pero lo cierto es que te enfrentas al texto poético y no sabes por dónde empezar.

Te ayudo un poco:

En primer lugar, ten en cuenta que la poesía es difícil, no les creas a quienes te dicen lo contrario. La poesía, en su esencia, es difícil y esa dificultad es el punto de partida que no debes dejar de lado. No hay una fórmula preestablecida que te indique qué quiso decir el autor. El propósito del poeta, casi siempre, es decir la idea que tiene sobre algo (tema) de la manera más complicada que se pueda. Más adelante te mencionaré otro propósito de la poesía, pero por ahora profundizaremos este concepto.

El recurso estrella que este género utiliza para complicar la vida a los lectores es la metáfora. La metáfora es decir una cosa por otra. ¿Ves la dificultad? Tenemos que preguntarnos continuamente qué quiso decir con esto. Tenemos que desandar (ir para atrás) en el pensamiento del autor.

Veamos un ejemplo de Federico García Lorca: y se desmaya la tarde/ en las violetas del mar. Los más chicos dirían, con razón, que la tarde no se desmaya. Bien, ahí está la dificultad. Federico García Lorca se refirió al atardecer pero lo dijo con otras palabras. ¿Y el color violeta del mar? ¿Por qué habrá mencionado ese color? Valen todas las respuestas que este color te sugiera. Si estás pensando en una emoción, muy buena reflexión; si estás pensando en los colores que forman el violeta y en el momento del atardecer en el mar, perfecto; si estás pensando en la flor violeta, que todas juntas se mueven y se mecen como un mar, genial… ¿La luz del día se “desmaya” en un “mar” de violetas…? Increíble todo lo que podemos decir sobre estas dos metáforas. Primer paso, entonces, en el análisis: busca las palabras o frases complicadas, ya sabes que son metáforas, y trata de explicarlas con imaginación.

Voy a parecer un poco maestrita con sus consejos, pero te recomiendo que trates ir más allá de las explicaciones al estilo “la tarde no se desmaya, las personas se desmayan, es una personificación”. Sí, es cierto, pero no te quedes ahí, la metáfora es más profunda, es un desafío intelectual que nos lleva a conectar ideas asombrosas.

Habrás estudiado otros recursos y figuras literarias. Una vez que tienes identificadas las metáforas, en el sentido amplio que mencionamos más arriba, considera si puedes ponerle otro nombre técnico. Por ejemplo, en otros versos de García Lorca, leemos: Por tu amor me duele el aire, el corazón y el sombrero: identificaste tres palabras metafóricas (aire, corazón y sombrero), pensaste un sinfín de explicaciones pero, además, te das cuenta de que esas palabras te llevan a considerar un gran dolor. Bien, ya tenemos dos figuras más: la enumeración y la hipérbole.

Te comenté que en toda poesía existe otro propósito además de la forma en que se transmite el tema. Me refiero al aspecto fónico, es decir, debe sonar bien, escucharse bien, lograr música en las palabras. La poesía se compuso para la lectura en voz alta, para percibirla como música. Por lo tanto, el siguiente paso será ver la forma en que el autor logró esa musicalidad. Rima y medida, ritmo y cadencia son algunos de los términos que deberás aplicar en este momento de análisis.

Si trabajas estos dos aspectos de la poesía, ya tendrás material suficiente para un buen análisis, pero me atrevo a sugerirte uno más: el famoso yo lírico, el yo poético, el sujeto lírico u otras denominaciones que te hayan dicho. Trata de descubrir su presencia, su marca en el texto. Si encuentras el yo, no olvides señalarlo y darle un lugar protagónico, vincúlalo con el tema inmediatamente. Pero también encuéntralo en los me, en los o en los míos. Si se esconde dentro de un verbo, mucho más inteligente de tu parte si lo mencionas. Por ejemplo, en el verso de Jorge Luis Borges …que las proas vinieron a fundarme la patria, el yo poético se ubica estratégicamente con el verbo fundar.

Apliquemos los aspectos en este último ejemplo que vimos: Borges menciona metafóricamente las proas, no se refiere exclusivamente a esa parte del barco sino a todo el barco y a las personas que estaban en él. La proa es la parte de adelante, es la que avanza y surca el mar, es la cabeza del barco y las cabezas de las personas que llegan para conquistar. Partes muy significativas por un todo, también significativo. Esa figura se denomina sinécdoque.

Es un verso extenso, extraño, de catorce sílabas o alejandrino, que necesita una pausa o cesura en su lectura para formar dos partes o hemistiquios. ¿Dos partes como en toda historia de conquista? ¿Tan extenso como un viaje marítimo y una historia de conquista?

¿Y por qué será que Borges se cuela entre los personajes de la historia que refiere? ¿Será que se siente protagonista?, ¿Será que busca fundar una nueva patria con su poesía?

Y así de complejo el análisis poético. Un desafío para cualquiera que se atreva, como Borges, a conquistar el mundo de las palabras.

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